Por: Diana Velázquez
El 97.5% del agua en la Tierra es agua salada (océanos y mares), el 2.5% restante es agua dulce, menos de la mitad del agua dulce se encuentra en forma de arroyos y ríos y se depositan en lagos, lagunas o cuerpos superficiales de agua y sólo el 0.007% del agua en la Tierra es potable, esta cantidad disminuye año tras año debido a la contaminación que continúa creciendo a nivel mundial 1.
Entre los contaminantes más importantes del agua (por actividades humanas) se encuentran los microorganismos patógenos, nutrientes, sustancias que consumen el oxígeno del agua, metales pesados y materia orgánica, así como sedimentos en suspensión y los pesticidas. Las industrias que utilizan materias primas orgánicas son las que contribuyen de manera más significativa a la carga de contaminantes, siendo el sector alimenticio el que más contamina2.
En México, la contaminación y el cambio climático han disminuido la disponibilidad del agua per cápita de 11 mil 500 metros cúbicos en 1955 a tan solo 4 mil 263 metros cúbicos en 2011. De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) al 2011 el 70% de los ríos nacionales presentan algún grado de contaminación 3,4
Una de las medidas más utilizadas para controlar la contaminación por aguas residuales es someterlas a diversos tratamientos y procesos (físicos, químicos y biológicos) con el objetivo de producir un efluente reutilizable en el ambiente y un residuo sólido o lodo (biosólido) conveniente para su disposición o reutilización, sin embargo cada año se vierten a los cuerpos de agua millones de metros cúbicos de aguas residuales (municipales, industriales y agrícolas) que son tratadas de forma inadecuada o sin tratamiento alguno.
El tratamiento de aguas residuales inicia con la separación física de sólidos grandes empleando rejillas, mallas o la trituración de ellos, seguido de la separación de sólidos pequeños o desarenado. Posteriormente se separan los sólidos suspendidos mediante una sedimentación primaria mientras que para eliminar los metales disueltos (plomo y fósforo principalmente) se utilizan reacciones de precipitación. Posterior a ello se requiere de una transformación de los contaminantes remanentes mediante un proceso biológico en el que se utilizan microorganismos. Estos microorganismos deben tener la capacidad para degradar la materia orgánica disuelta y realizar una conversión progresiva de esta materia orgánica en una masa biológica sólida.
Una vez que la masa biológica es separada o removida (sedimentación secundaria), el agua tratada experimenta procesos adicionales (tratamiento terciario) como desinfección, filtración, etc. El efluente final puede ser descargado o reintroducido de nuevo en una masa de agua natural (corriente, río o bahía) u otro ambiente (terreno superficial, subsuelo, etc). Por su parte los sólidos biológicos segregados experimentan un tratamiento y neutralización adicional antes de su descarga o reutilización.
Aunque generalmente para el proceso biológico se utilizan los microorganismos que ya se encuentran presentes en estas aguas es posible añadir microorganismos exógenos con capacidades metabólicas específicas que ayudarán a descomponer con mayor rapidez la materia orgánica produciendo menos lodos y a liberar más gases (metano y dióxido de carbono, amoniaco y ácido sulfúrico) que en el marco de un aprovechamiento integral, pueden utilizarse como combustible, lo que permite incrementar la eficiencia de los sistemas de tratamiento.
La contaminación del agua tiene un severo impacto en los ecosistemas y en la salud, por ello es necesario mejorar los procesos de tratamiento. Esto generará un ahorro considerable al liberar el agua de primer uso para actividades como limpieza y riego, se disminuye la presión hídrica y la sobreexplotación de los acuíferos y se previene la contaminación de los cuerpos de agua y las enfermedades, lo cual tendrá un efecto positivo en el ambiente y en el bienestar de las comunidades. Se estima que en 2030 habrá 9.2 mil millones de metros cúbicos de aguas residuales que de ser tratadas y reusadas adecuadamente reducirían en un 40% la demanda de agua potable 4.
Liventia cuenta con consorcios de microorganismos formulados exclusivamente para el tratamiento de aguas residuales que permiten hacer más eficientes los procesos biológicos en los sistemas de tratamiento.
Referencias
1. Cifras sobre la contaminación del agua https://www.xatakaciencia.com/medio-ambiente/cifras-sobre-la-contaminacion-del-agua
2. Aguas residuales y contaminación en México https://agua.org.mx/actualidad/aguas-residuales-contaminacion-en-mexico/
3. Cifras reales de la contaminación del agua en México https://www.oneo.com.mx/blog/cifras-reales-de-la-contaminaci%C3%B3n-del-agua-en-m%C3%A9xico
4. Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) http://www.unesco.org/new/es/natural-sciences/environment/water/wwap/facts-and-figures/all-facts-wwdr3/fact-15-water-pollution/
1. Cifras sobre la contaminación del agua https://www.xatakaciencia.com/medio-ambiente/cifras-sobre-la-contaminacion-del-agua
2. Aguas residuales y contaminación en México https://agua.org.mx/actualidad/aguas-residuales-contaminacion-en-mexico/ 3. Cifras reales de la contaminación del agua en México https://www.oneo.com.mx/blog/cifras-reales-de-la-contaminaci%C3%B3n-del-agua-en-m%C3%A9xico 4. Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) http://www.unesco.org/new/es/natural-sciences/environment/water/wwap/facts-and-figures/all-facts-wwdr3/fact-15-water-pollution/