Por: Diana Velázquez • Gerente de Administración de Producto LIVENTIA • Petróleo y Gas





El metanol originariamente se producía por destilación destructiva de astillas de madera, por ello también es conocido como alcohol de madera. Para su producción a través de los años, se ha utilizado como materia prima el carbón, el petróleo y la nafta pesada; sin embargo, actualmente la producción de metanol se realiza a partir de gas natural y vapor de agua. El gas natural es calentado en presencia de vapor de agua para obtener un gas reformado, también conocido como gas de síntesis, este gas se comprime antes de pasar a un reactor de síntesis en el que en presencia de catalizadores de Zn, Cr, Mn, etc. reacciona exotérmicamente para producir metanol crudo, que posteriormente es purificado mediante destilación hasta obtener metanol refinado.1


La industria del metanol ha crecido en los últimos años, y se encuentra presente en Asia, América del Norte y del Sur, Europa, África y Medio Oriente. Las más de 90 plantas de metanol alrededor del mundo, tienen una capacidad de producción combinada de aproximadamente 110 millones de toneladas métricas (casi 36.6 billones de galones o 138 billones de litros). 2


Según IHS Chemical, la demanda mundial de metanol alcanzó los 80 millones de toneladas métricas en 2016, y se prevé que esta demanda continúe creciendo impulsada en gran parte por las aplicaciones de las energías emergentes.3 El crecimiento en la industria obliga a la búsqueda continua de nuevas tecnologías que a su vez sean económicas y amigables con el medio ambiente. Esto ha permitido el surgimiento de productos biológicos para las aplicaciones industriales, como en el caso del metanol.


En la industria del metanol el uso de microorganismos para la limpieza industrial de equipos se ha posicionado en los últimos años como una opción rentable y limpia para las tareas de remoción de residuos e incrustaciones en los reactores de síntesis de metanol. Los microorganismos logran remover los residuos de parafina e incrustaciones con la misma o incluso mayor eficiencia y eficacia que los productos químicos convencionales, y estos resultados se han traducido en:

• Mejoramiento de la eficiencia térmica del sistema.
• Mejoramiento de la transferencia de calor en los intercambiadores al estabilizar la extracción (remover el calor de la reacción).
• Distribución de temperatura más uniforme en el reactor.
• Mejor aprovechamiento de los catalizadores antes de su reactivación o recambio al favorecer la actividad catalítica.
• Disminución de la generación de residuos peligrosos y de los gastos de manejo posterior a la limpieza.
• Disminución de riesgos de salud y de seguridad en los empleados que realizan los trabajos de mantenimiento, al no estar expuestos a sustancias químicas peligrosas.


Referencias
1. Methanol Production – A Technical History. Johnson Matthey Technol. Rev., 2017, 61, (3), 172–182 2. Methanol Institute. https://www.methanol.org/the-methanol-industry 3. HIS Chemical Bulletin 2016 issue 3 – The changing face of the global methanol industry.





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