Por: Héctor Arocha • Gerene de Investigación y Desarrollo LIVENTIA





Los productos derivados del petróleo son los químicos más utilizados en la actualidad. Con el requerimiento masivo de energía para la industria del transporte y el crecimiento exponencial del uso de agroquímicos en la agricultura, los accidentes durante su extracción, producción y transporte han ido en aumento y con esto, el número de lugares contaminados alrededor del mundo, causando daños severos a seres humanos, plantas y animales.

Los sitios contaminados con petróleo y sus derivados, son tratados por tres métodos: físicos, químicos y biológicos. Los físicos se basan en la incineración o la remoción del suelo contaminado para ser confinado; los químicos en la adición de sustancias que oxidan los compuestos contaminantes y los hacen menos nocivos para la salud y finalmente el menos costoso y mas amigable con el medio ambiente es el método biológico también conocido como “biorremediación” cuyo principio es el uso del potencial metabólico de los microrganismos para transformar los contaminantes en compuestos más simples y menos contaminantes que puedan ser utilizados por la flora del sitio como fuente de carbono, puede llevarse a cavo principalmente por dos métodos: bioestimulación y bioaumentación, la primera se basa en la introducción de nutrientes y oxígeno para estimular a los microrganismos autóctonos para degradar los contaminantes. La principal limitación de esta tecnología es que los microrganismos nativos no tengan la capacidad metabólica para degradar de forma acelerada los contaminantes tomándoles largos periodos de tiempo. Por otra parte, la bioaumentación, cuyo principio es la adición de bacterias altamente especializadas, que a su vez gracias a su capacidad metabólica les permite degradar los contaminantes prácticamente en su totalidad en poco tiempo.

El LFS-1, es uno de los productos de LIVENTIA, cuya mezcla de microorganismos han sido cuidadosamente seleccionados durante mas de 25 años para lograr un formulado con bacterias de los géneros Pseudomonas y Acinetobacter capaces de degradar contaminantes derivados de petróleo de manera extremadamente eficiente en periodos de tiempo muy cortos. Tal es el caso de un derrame en suelo con diésel en donde las partes por millón (ppm) al inicio del tratamiento eran 264,000, y en menos de tres meses después de la aplicación del LFS-1 se redujeron a 5,000 ppm, demostrando ser uno de los productos en el mercado más eficaces en la biorremediación de hidrocarburos.


Comparte