Por: Isaac Martínez • Director de Tecnología LIVENTIA





La definición oficial para los probióticos difiere entre diferentes autores e instituciones 1-4, pero siempre está relacionada con: microorganismos vivos que, en las circunstancias adecuadas, pueden mejorar la salud de las plantas, animales o humanos. El mercado de los productos probióticos está creciendo continuamente, esta demanda y la subsecuente competencia entre ellos acarrea un constante crecimiento en la cantidad de investigaciones que respalda la efectividad de muchos productos comerciales 5. Sornplang y colaboradores 6, proponen clasificar a los probióticos de acuerdo a su procedencia; es decir: aquellos de fuentes convencionales como productos lácteos fermentados, leche materna y excremento humano o, los provenientes de fuentes no convencionales como los productos fermentados no lácteos o aislamientos de partes de animales que no sean el tracto digestivo6. Esta definición cubre la mayoría de probióticos comerciales populares; es decir: aquellos para consumo humano.

Como se comentó en un principio, los probióticos también pueden favorecer la salud de plantas y animales. En el caso de las plantas, hay una gran variedad de probióticos que están naturalmente presentes en productos agrícolas como zanahorias, naranjas, coles, nuez de la india (anacardo) y arándanos, entre otros7.

Se conoce bien sobre los diversos beneficios que tienen los microorganismos en la protección y aumento de la productividad de los cultivos y, aunque se menciona menos, la presencia de microorganismos también enriquece el valor de la producción. Las frutas y hortalizas son fuentes naturales de diferentes nutrientes como carbohidratos, proteínas, minerales y vitaminas, adicionalmente son alimentos con sustancias funcionales como fibras y antioxidantes, entre otros. Estos beneficios nutricionales y funcionales claramente aumentan el valor de los cultivos, tanto para el consumidor directo como para diferentes aplicaciones industriales.

Jiménez-Gómez y colaboradores 8, presentaron una interesante revisión donde enumeran diferentes trabajos científicos que comprueban una mejora, inducida por microorganismos, en las propiedades nutricionales o funcionales de diversos productos. Algunos ejemplos de esta revisión son: aumento de vitamina C en tomate por Pseudomonas sp., incremento en la actividad antioxidante de chiles por Rhizobium leguminosarum (PETP01) y, mejoras en el contenido de minerales en fresa por algunas especies del género Bacillus.

Más aún, algunos microorganismos que están naturalmente presentes en las plantas; además de brindar beneficios para ellas, producen beneficios en el nuevo ser que les consume 9. Un caso específico es el de L. pentosus. Este lactobacilo originalmente aislado de aceitunas produce bacteriocinas las cuales son sustancias que ayudan a proteger a la planta de los ataques de microorganismos patógenos. Cuando el L. pentosus es consumido a través de las aceitunas, este provee beneficios al sistema digestivo del ser humano 10. Este es un buen ejemplo para comprender el largo alcance que pueden tener los beneficios integrales de los microorganismos que habitan las plantas; no solamente mejoran los cultivos en diversos niveles, sino que extienden sus beneficios para la salud humana.

Referencias
1. Araya, M. et al. Health and Nutritional Properties of Probiotics in Food including Powder Milk with Live Lactic Acid Bacteria. Report of a Joint FAO/WHO Expert Consultation on Evaluation of Health and Nutritional Properties of Probiotics in Food Including Powder Milk with Live Lactic Acid Bacteria (2001). doi:10.1201/9781420009613.ch16
2. Rijkers, G. T. et al. Health benefits and health claims of probiotics: Bridging science and marketing. Br. J. Nutr. 106, 1291–1296 (2011).
3. Spence, C., Alff, E. & Shantharaj, D. in Bacteria in Agrobiology: Plant Probiotics (ed. Maheshwari, D. K.) 1–14 (Springer, 2012).
4. Wikimedia Foundation. Wikipedia The Free Encyclopedia. (2018). Available at: http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada.
5. Di Cerbo, A. et al. The market of probiotics. Pak. J. Pharm. Sci. 28, 2199–2206 (2015).
6. Sornplang, P. & Piyadeatsoontorn, S. Probiotic isolates from unconventional sources: a review. J. Anim. Sci. Technol. 58, 26 (2016).
7. Galgano, F., Condelli, N., Caruso, M. C., Colangelo, M. A. & Favati, F. in Beneficial Microbes in Fermented and Functional Foods (eds. Ravishankar Rai, V. & Bai, J. A.) 600 (CRC Press, 2015). doi:9781482206623
8. Jiménez-Gómez, A., Celador-Lera, L., Fradejas-Bayón, M. & Rivas, R. Plant probiotic bacteria enhance the quality of fruit and horticultural crops. AIMS Microbiol. 3, 483–501 (2017).
9. Harris, L. J., Fleming, H. P. & Klaenhammer, T. R. Characterisation of Two Nisin-Producing Lactococcus lactis subsp. lactis Strains Isolated from a Commercial Sauerkraut Fermentation. Appl. Environ. Microbiol. 58, 1477–1483 (1992).
10. Delgado, A., Brito, D., Peres, C., Noé-Arroyo, F. & Garrido-Fernández, A. Bacteriocin production by Lactobacillus pentosus B96 can be expressed as a function of temperature and NaCl concentration. Food Microbiol. 22, 521–528 (2005).



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